
Cada vez son más las personas tratadas en un centro de adicciones que han iniciado en el consumo de drogas durante la adolescencia. Resulta fundamental, por ello, afrontar cuanto antes esta realidad y poner en marcha las medidas necesarias para prevenirla.
Ciertamente, sabemos que se trata de una época difícil. A nivel psicológico y social, los adolescentes se encuentran en una etapa de cambios en la que tratan de construir su identidad. La inseguridad y la falta de confianza se combinan con la necesidad de aceptación social y pertenencia al grupo.
En estas circunstancias, suele ser el momento en el que entramos en contacto con las drogas. Los chicos y las chicas empiezan a salir, buscan diversión en grupo y empiezan a tener las primeras oportunidades de probarlas. Existe una pésima costumbre institucionalizada de consumo social y la presión del grupo influye de muy diversos modos en su voluntad. De ahí a consumir drogas para sentirse integrados, ser más valorados o, simplemente, por diferenciarse y coquetear con lo prohibido hay un trecho mínimo.
La edad crítica, según demuestran los estudios, son los 14 o 15 años, aunque depende de cada caso y circunstancias. En consecuencia, debemos apostar por la educación desde niños para prevenir pudiendo llevar a cabo determinadas medidas.
Medidas preventivas útiles para la prevención de drogas en la adolescencia.
La prevención de drogas entre los adolescentes no es como las matemáticas: si existiera una fórmula infalible sería más sencillo combatirla. Sin embargo, es posible avanzar en la dirección correcta si se aplican los procedimientos que detallamos a continuación en una estrategia global.
Trabajar la autoestima
Las adicciones se nutren de una escasa autoestima. Una gestión emocional inadecuada, un pobre autoconcepto así como la dependencia emocional constituyen un caldo de cultivo óptimo para coquetear con las drogas. Lo cual, como sabemos bien, suele tener consecuencias devastadoras.
Por eso es fundamental fomentar la autoestima e impulsar la autoaceptación y autovaloración en los niños y los preadolescentes. Así llegarán a la adolescencia con una buena imagen personal y sintiéndose queridos, entendidos y arropados.
Decir no a las drogas es una decisión que sería interesante proviniera de ellos mismos, de este modo será más probable llevarlo a la práctica.
Identificar factores de riesgo
Aspectos como el fracaso académico, los conflictos familiares, las compañías inadecuadas o la ya mencionada baja autoestima indican un riesgo superior de consumo de drogas.
Los familiares, los educadores y los profesionales debemos permanecer muy atentos a estos factores, para identificarlos y tratar de desactivarlos, o afrontarlos, cuanto antes.
Establecer una comunicación adecuada
Es lógico sentir miedo, incertidumbre y preocupación durante la adolescencia. Los cambios físicos, mentales y sociales que se viven no tienen comparación en el resto de la vida.
La sensación de soledad y exigencia resulta mitigada cuando el adolescente cuenta con un canal de comunicación abierto, y confiable para él, con sus padres. Tenemos que hablarle sin prejuzgarlo, apostando por la empatía y por la escucha activa.
Si somos demasiado autoritarios o exigentes, cerramos la puerta a la comunicación y empujamos a los hijos a buscar ese diálogo en otros referentes. Algunos de ellos, por desgracia, pueden abocarlo a las drogas.
Con todo, no es una tarea sencilla. Porque estos chavales precisan también un control social por parte de sus padres, una supervisión permanente y unos límites que deben conocer y respetar. No es posible improvisar a este respecto: si no se ha trabajado previamente, en la época del caos este se impondrá.
Educar en valores e impulsar la responsabilidad
Cuando el adolescente dispone de su propio universo de valores, es capaz de distinguir el bien y el mal y, por tanto, puede tomar mejores decisiones.
Desde pequeñitos debemos enseñarles a respetar las normas y los límites existentes. De este modo les proporcionamos un modelo de conducta. Si lo hemos hecho fomentando la responsabilidad con encargos, tareas, recompensas y enseñanzas adecuadas, serán personas responsables incluso en la adolescencia. Al menos, durante la mayor parte de ella.
Entre estos límites, y a partir de ese diálogo sincero que hemos comentado, se incluye el consumo de sustancias dañinas, como el tabaco, el alcohol y las drogas.
Ejemplificar
Utilizamos este término con un doble significado. En primer lugar, los padres y cercanos debemos dar un ejemplo óptimo a este respecto. Los adolescentes son plenamente conscientes de cómo nos comportamos los adultos en el campo de las drogas. Sus padres y sus hermanos influyen mucho en ellos: son espejos en los que intentan reflejarse.
Por eso, conviene relacionarlos con personalidades sanas, con las ideas muy claras sobre ello, y fomentar actividades sociales en entornos alejados de ese universo de adicciones: deportes, excursiones, visitas culturales divertidas, etc., en las que se relaciones con personas ejemplares en positivo.
Además, en segundo lugar, hablar sobre las drogas es fundamental. Al hacerlo, debemos presentarles ejemplos vivos con los que se identifiquen. Tanto en positivo como en negativo: usaremos a sus ídolos y referentes para mostrarles vidas saludables… y también las dramáticas consecuencias del consumo de droga y de las adicciones.
Un centro de adicciones
En cuanto detectamos signos, incluso indicios, del consumo real o potencial de drogas en adolescentes, debemos solicitar la ayuda de un centro especializado. Es la mejor decisión para lidiar con este gravísimo problema familiar o personal, tanto en la fase de prevención como para fases posteriores.
Como conclusión, en Centro Elphis ofrecemos un tratamiento integrador basado en diferentes estrategias que ya han demostrado su eficacia. El procedimiento se lleva a cabo de manera personalizada, porque cada individuo es único y, por ello, también su realidad. Gracias a un equipo multidisciplinar de grandes profesionales preparados y especializados en este campo, ofrecemos al adolescente afectado un entorno idóneo y un apoyo cualificado que le acompaña y estimula en su recuperación.
En nuestro centro de adicciones, cuando se cuenta con la motivación por el cambio y el necesario apoyo de los cercanos, se logran superar los comportamientos adictivos y las dependencias. Gracias a los consejos incluidos en este contenido, deseamos que no tengas necesidad de recurrir a nuestra ayuda.