
Los efectos de la cocaína no solo son visibles a nivel mental y físico, sino que también afectan en gran medida al ámbito social, laboral, familiar y, por supuesto, al económico.
Los consumidores de cocaína desarrollan una adicción que termina controlando toda su vida. Se ven dominados por una serie de hábitos y conductas que desencadenan una crisis personal que destruye todos los pilares fundamentales de su vida.
Efectos de la cocaína en el cerebro
Su consumo afecta directa y agresivamente a este órgano ya que, al ser de fácil absorción, llega directamente a él y sus efectos se presentan al poco tiempo de consumirla.
Es conocida y característica por la inmediata sensación de euforia y placer que proporciona al ser administrada. Según cómo se consuma, puede producir unos efectos u otros:
- Vía nasal, una de las formas más extendidas entre adolescentes. Puede ocasionar hemorragias nasales, problemas para tragar los alimentos, ronquera al hablar, alteración o pérdida del olfato, goteo constante, e incluso destrucción del tabique nasal que puede necesitar cirugía.
Además, la cocaína puede estar mezclada con sustancias tóxicas que también entrarán al organismo como almax, analgésicos, tiza, speed, talco e incluso detergente en polvo.
- Oral: la cocaína causa vasoconstricción. Al reducir el flujo sanguíneo puede generar una grave gangrena en el intestino que derive en la muerte del músculo liso del mismo.
- Intravenosa. Esta manera de administrar la sustancia aumenta el riesgo de contagio del VIH y de la hepatitis C. El efecto de desinhibición conlleva que se descuiden las medidas de protección en las relaciones sexuales y, por ello, aumente la probabilidad de contraer infecciones de transmisión sexual. Además, pueden darse reacciones alérgicas graves provocadas por las sustancias tóxicas añadidas a la cocaína pura.
- Pulmonar (cocaína fumada). Además de tos, cuadros de asma graves y dificultad para respirar, la cocaína aumenta el riesgo de sufrir enfermedades respiratorias como taquipnea, hemorragia pulmonar, neumotórax, neumonía y perforación del tabique nasal.
Cuando el consumo de cocaína empieza a ser recurrente y/o habitual, los efectos “positivos” cada vez son más difíciles de conseguir porque el cerebro va adaptándose a la sustancia. Poco a poco, se van necesitando dosis más altas de droga, aumentando con ello el riesgo de sufrir graves consecuencias.
La cocaína a corto plazo…
Los efectos inmediatos más buscados por quienes la consumen son:
- Mejora del estado de ánimo, exaltación del bienestar
- Ausencia de cansancio y fatiga
- Potencia la seguridad en uno mismo
- Elimina la sensación de sueño y hambre
Pero inmediatamente después se produce el efecto rebote, ocasionando inquietud, cansancio, angustia, apatía, impulsividad, agresividad y aumento del ritmo cardíaco y temperatura corporal.
Además, provoca un gran aumento de la presión arterial que puede desencadenar un ictus, infarto de miocardio y, en las peores ocasiones, una muerte súbita cardiaca. Grandes dosis pueden llegar a generar temblores, convulsiones e incluso alucinaciones.
Efectos de la cocaína a largo plazo
El consumo mantenido a lo largo del tiempo puede hacer que el organismo sea más sensible a sufrir convulsiones y ansiedad. El usuario presenta irritabilidad, nerviosismo, inquietud e incluso paranoia. Esta última consecuencia puede derivar en episodios de psicosis paranoide, con alucinaciones auditivas y visuales que aparten a la persona de la realidad.
Además de los efectos psicológicos y fisiológicos, la cocaína termina sumiendo a la persona en problemas encadenados: pagos que no puede asumir, deudas acumuladas por préstamos que ha solicitado, discusiones familiares… Y un estado de ánimo tan inestable propicia problemas laborales por falta de concentración, ausencias o errores graves; aislamiento social; discusiones con las personas más queridas…
Si alguno de estos es tu caso y te has visto identificado con los efectos de la cocaína que hemos descrito, tranquilo, estás en el lugar correcto. Podemos ayudarte a recuperar el control de tu vida y a dejar de ser esclavo de una sustancia. Ponte en contacto con nosotros y te acompañaremos en el proceso a través de un programa personalizado, con un plan de acción adaptado a ti, a lo que necesitas, lo que quieres ¡y lo que mereces!