
Está más de moda que nunca. El término “mindfulness” hace referencia a la atención plena y es una técnica de meditación que se ha popularizado en los últimos años debido a sus beneficios para la salud mental.
Se trata de una práctica que se centra en prestar atención al momento presente de forma consciente y sin juzgar.
Mindfulness y conductas adictivas hacen muy buena pareja, ya que el mindfulness puede ser una herramienta útil para ayudar a las personas adictas a controlar sus impulsos y mejorar su capacidad de autocontrol. La atención plena puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad asociados con la adicción, además de poder ser una forma efectiva de prevenir recaídas.
El mindfulness como terapia en las adicciones
Nació como una terapia alternativa. Incluso fue vista como una actividad de relajación no trascendental. Sin embargo, ha demostrado ser una medida terapéutica de gran calado en muchos ámbitos, como en el tratamiento de las adicciones.
Practicar mindfulness como terapia en las adicciones aporta grandes beneficios no solo durante el proceso de superación de las conductas adictivas, sino en tanto que constituye una sólida herramienta de intervención en el ámbito de la prevención de recaídas.
Contemplar la práctica del mindfulness como terapia para el tratamiento de las adicciones es casi una obviedad si tenemos en cuenta la relación directa entre el consumo de sustancias adictivas y los cuadros de ansiedad y estrés.
De esta manera, dar cabida a la terapia de atención plena como medida complementaria en un tratamiento de recuperación aportará, sin duda, múltiples beneficios.
¿Qué es el mindfulness?
El mindfulness es una terapia derivada de la meditación budista que se abrió camino como intervención sobre trastornos clínicos a finales de los 70.
El concepto de mindfulness puede ser algo complejo de comprender. Es, en sí, una forma de conciencia que reconoce el momento presente en cuanto a pensamientos, emociones y acciones sin pasarlas por la criba del juicio. Simplemente aceptándolos como son.
Algo así como sustraernos de nosotros mismos y entender el por qué de lo que somos y hacemos con nitidez y sin cuestionarnos.
La práctica del mindfulness, en tanto que se basa en la focalización, permite apreciar el momento y las influencias de nuestro entorno. De esta manera, sustrayéndonos de la rutina de vivir en modo automático, podemos reconocer los diferentes estresores que conducen al consumo. Eso hace posible utilizar recursos para afrontar esos disparadores situacionales o emocionales.
Cómo beneficia el mindfulness a un adicto
El entrenamiento mental y la gestión de las emociones permite a todas las personas en general un mayor conocimiento de sí mismas, de forma que es posible detectar hábitos estresantes o elementos causantes de ansiedad y cambiarlos. Es una forma de equilibrar las emociones y evitar los elementos recurrentes que incitan al consumo.
Está más que demostrada a nivel científico la influencia positiva del mindfulness en las adicciones. Es uno de los recursos psicológicos no farmacológicos más eficientes, por lo que no presenta los efectos secundarios que pueden darse en algunos psicofármacos.
Mindfulness y conductas adictivas constituyen un binomio muy eficaz para el tratamiento de adicciones y la prevención de recaídas. La práctica del mindfulness permite ser conscientes de forma atenta al funcionamiento de nuestra mente ante diferentes tipos de escenario, permitiendo el aprendizaje para la adaptación al entorno y la autorregulación.
De esta manera, el mindfulness permite reducir la ansiedad y los niveles de estrés, lo que constituye un punto de inflexión para el abordaje de las prácticas de consumo. Además, practicar mindfulness durante el tratamiento de desintoxicación permite también mejorar el aprendizaje de la gestión de la frustración, los conflictos o la incertidumbre.
Observarse para aceptarse, el secreto del mindfulness
Conseguir aceptar la vida sin buscar el punto de fuga o sin tratar de cambiarla permite vivirla de otra forma. Es por eso que desde la auto-observación es posible dejar atrás sistemas de reacción automáticos, respuestas impulsivas que llevan al adicto en una huída hacia adelante cronificada, en aras de la aceptación y la modificación en la reactividad.
Los patrones mentales interiorizados que causan el deseo de consumo están basados en el automatismo de la respuesta aprendida. Observarnos, conocernos, analizarnos y vernos desde lejos sin cuestionarnos permite romper el impulso de consumo que nos aleja del equilibrio y bienestar personal.
Elemento de intervención terapéutica en adictos
Las adicciones son, en sí, un sistema de defensa en la búsqueda por evadir aquello que nos genera angustia o nos desequilibra. Ser conscientes de esas inquietudes emocionales y afrontarlas mediante técnicas de intervención terapéuticas puede mantener bajo control esos arrebatos adictivos.
A través del autocontrol y la aceptación de la práctica del mindfulness es posible gestionar la impulsividad y evitar que las circunstancias nos arrastren hacia la adicción. Practicar mindfulness permite una gestión consciente de la realidad, la percepción del detonante del impulso y la gestión de mecanismos de autocontrol y regulación.
Además, los beneficios de la relación entre mindfulness y conducta adictiva también permiten abordar la sintomatología relacionada con la abstinencia.
Mindfulness en la gestión de recaídas
Las personas que practican mindfulness como terapia complementaria al tratamiento contra las adicciones se benefician de grandes mejoras emocionales, mentales y psicológicas. Desde un punto de vista más saludable y equilibrado es posible gestionar la abstinencia y la fase posterior a la desintoxicación.
En cuanto a la prevención de recaídas en adicciones, el mindfulness como terapia complementaria ha arrojado grandes resultados al potenciar la rehabilitación cognitiva. Su potencial de mejora de la capacidad de concentración, el fortalecimiento de las habilidades cognitivas y la vigorosidad de las funciones cerebrales permiten una actitud más resolutiva y flexible ante situaciones complejas, ayudando así a reducir considerablemente las recaídas en las adicciones.
Los beneficios de combinar mindfulness y conductas adictivas se traducen en una mejor capacidad de relajación, al equilibrarse el sistema nervioso y reducirse los niveles de cortisol, además del fortalecimiento del autocontrol al comprender emocionalmente las conductas erráticas desde la calma.
Es posible evitar recaídas practicando mindfulness al conseguir aceptar los diferentes escenarios alejando la frustración. Además, la práctica de esta técnica ayuda a aumentar la autodisciplina y las habilidades sociales, reforzando la fuerza de voluntad y permitiendo una comunicación más equilibrada y empática con los demás.
Reconectar con el presente a través de la atención plena
La terapia de atención plena, o lo que es lo mismo, el mindfulness, permite disponer de estrategias de afrontamiento y herramientas psico-emocionales para afrontar los tratamientos contra las adicciones con mayor éxito.
En Centro Elphis buscamos un regreso a la vida cotidiana tras el tratamiento de recuperación con la suficiente fortaleza para afrontar posibles situaciones de tentación y con herramientas para evitar las recaídas.
Como el mindfulness, aportamos a nuestros pacientes el instrumental emocional para “ver” con plenitud, para reducir la impulsividad y para que sean conscientes de su verdadero yo a través del pensamiento y las emociones.
Es así, a través de la toma de decisiones equilibrada y consciente, que se puede afrontar un regreso a la vida cotidiana con la fortaleza necesaria para evitar la recaída en conductas adictivas.