
Ingresar a un adicto en un centro especializado es un proceso que a veces puede resultarnos complicado, en especial a la familia. Cuando descubrimos esta situación, por lo general, no sabemos afrontarla y buscamos culpables antes de ofrecer la ayuda que necesita nuestro ser querido. Lo primero en que pensamos es en meterle en un lugar donde se le vigile y salga curado, pero ¿qué podemos hacer realmente?
El ingreso en un centro de adicciones
El ingreso de un adicto sin su consentimiento es una tarea imposible, además de inútil, sobre todo cuando esperamos que pueda recuperarse completamente de su adicción. Ya sea porque haya pedido ayuda o porque se le haya descubierto tomando o aplicándose sustancias tóxicas, debemos centrarnos en tenderle una mano.
Aunque podemos coaccionar de alguna manera al adicto, para convencerle de entrar en un centro de adicciones, la ley no nos permite obligarle o meterlo por la fuerza, es decir, sin su voluntad.
Otra cosa es que haya perdido el completo dominio de sus acciones o estemos tratando ante una persona dependiente, ya sea porque es menor de edad o tenga otro problema médicamente reconocido.
Solo debemos tener presente que una adicción no se supera por nuestro deseo o propósito para que el afectado se recupere. Definitivamente, el enfermo debe ganar esa batalla que, solo él o ella, debe enfrentar.
Es normal que cometamos errores que, más que ayudar, terminen perjudicando en su recuperación. Por ello, es esencial contar con un equipo de profesionales especializados en este ámbito que nos ayuden a gestionar la situación y nos orienten en el proceso, con la finalidad de romper la negación y que esa persona acepte la ayuda. A veces, recurrir a la figura del intervencionista familiar, resulta de una herramienta útil que nos ayudará a conseguir el fin que deseamos, que nuestro familiar se ponga en tratamiento.
En caso de que encontremos al afectado con una grave intoxicación, que no pueda responder ni decidir en ese momento acerca de sí mismo, tendremos que hacer todo lo posible por llevarlo a un centro donde llevar a cabo una desintoxicación. Pero, como toda adicción, pasado el primer peligro, queda un camino muy largo por recorrer.
Desintoxicación vs Deshabituación
La desintoxicación es el primer paso de un tratamiento para la adicción. En este proceso la finalidad es eliminar las sustancias tóxicas del organismo y evitar la recaída inmediata en el consumo por los efectos negativos de la abstinencia. En muchos casos, este se debe realizar en un centro residencial, en el que se disponen de los medios y el equipo de profesionales necesarios para esta fase de la recuperación.
En caso de que el paciente se niegue a llevar a cabo la desintoxicación, porque se encuentre consciente y sea mayor de edad, puede solicitar el alta. El equipo terapéutico tratará de ayudar al paciente a tomar la decisión de continuar el tratamiento, pero nunca podrá retener al paciente en contra de su voluntad.
Por su parte, el proceso de deshabituación incluye la adquisición de aquellas estrategias de afrontamiento que permitan al adicto vivir alejado del consumo. Este proceso puede llevarse a cabo de manera ambulatoria, sin necesidad de ingreso. Será fundamental la colaboración de la familia y la motivación por el cambio del propio paciente, aspecto que el equipo de profesionales se encarga de impulsar día a día.
Como bien hemos expresado, el camino para la completa recuperación no es sencillo. Tener en cuenta y prevenir las posibles recaídas es fundamental, no solo para el paciente, sino para los familiares de este, ya que estamos ante una enfermedad crónica, con la que debemos enfrentarnos el resto de nuestras vidas, en la mayoría de las ocasiones.
¿Cómo funciona un centro de desintoxicación?
La entrada a un centro de desintoxicación debe hacerse de manera voluntaria. Aunque los familiares puedan convencer al paciente, al final es este el que debe firmar su consentimiento, en caso de que acepte entrar. Asimismo, cuando lo desee, puede solicitar el alta, ya que no se le puede retener contra su voluntad.
Inicialmente, pedir una cita es lo más conveniente en la mayoría de los casos, a fin de que un especialista evalúe el estado y las necesidades del paciente, pudiendo así ofrecer la mejor alternativa terapéutica adaptada a las necesidades de cada caso, al mismo tiempo que le explica el procedimiento del centro y la mecánica del mismo.
Una vez determinada la fecha de ingreso que, en algunos casos, puede ser casi inmediata, se procede a diferentes estudios toxicológicos, estableciéndose un tratamiento completamente personalizado.
El adicto y su consentimiento para permanecer en el centro
El internamiento puede variar de un paciente a otro, dependiendo de las sustancias y las características de cada caso. Aunque se acuerde desde un principio un tiempo estimado para la rehabilitación del paciente, si este lo desea puede solicitar la salida del centro con antelación, que nunca se le podrá negar.
Para lograr que el paciente acepte todo el proceso del tratamiento y adquiera esa consciencia de enfermedad y motivación por el cambio, tan necesaria para estos casos, es imprescindible el apoyo familiar. Muchas veces, debido a lo difícil que resulta aceptar este problema, muchos familiares cometen errores que terminan afectando al paciente e impidiéndole la mejoría esperada.
Los errores que no deben cometerse con el familiar que sufre adicción
No es sencillo aceptar un problema como es la adicción a un producto tóxico, ya sea el alcohol u otro tipo de drogas o psicotrópicos. Muchos familiares del afectado cometen errores al querer tener la mejor disposición.
Una de las cosas que hay que desechar desde el principio es buscar culpables. Esto no ayuda a nadie, sobre todo cuando el problema está ahí y nada lo va a cambiar, a no ser que se otorgue al afectado todo el amor que precisa.
Tampoco es bueno intentar actuar como un vigilante o evitar que se responsabilice de sus actos. Si dejamos que el adicto se enfrente directamente a sus conflictos, lograremos que termine por vencerlos.
En el Centro Elphis, los familiares de los pacientes encuentran siempre el acompañamiento que necesitan durante toda la ayuda que se le proporciona al paciente. Ingresar a un adicto es una tarea, a veces, complicada, ya que este debe reconocer su problema y estar dispuesto a hacer algo. En nuestro centro de adicciones en Madrid, contamos con profesionales, que pueden ayudar a la familia en el camino hacia el inicio de un tratamiento especializado.