
¿Tenemos la sospecha de que un familiar está consumiendo marihuana? Esta droga es muy popular entre los adolescentes, ya que suelen considerarla menos agresiva. En nuestro centro de adicciones sabemos cómo repercute a largo plazo entre la población más joven. El problema es que cada vez más adolescentes deciden probar esta sustancia sin conocer sus consecuencias sobre la salud. Entender sus repercusiones es muy importante para que encontremos una pronta solución a la eventual dependencia de este tipo de sustancias tóxicas.
La marihuana, una de las adicciones que repercute más seriamente a la salud
Como decíamos, una de las adicciones que está afectando a nuestros jóvenes es la marihuana. Muchos la ven con una «droga blanda», es decir, una sustancia que no reacciona tan negativamente en el organismo como lo harían otras, que denominan «duras», como la cocaína, la heroína, etc. Desafortunadamente, esto no es así.
Hemos visto hablar de la marihuana para usos médicos, especialmente indicados en cuidados paliativos y, en ocasiones, para tratar algunos trastornos psiquiátricos. Posiblemente, el debate actual de la marihuana como parte de un consumo responsable ha podido animar a muchos jóvenes a consumirla. Le quitan importancia a los efectos nocivos que, como cualquier otra droga, causa en el organismo.
Por supuesto que debemos tener en cuenta otros aspectos relacionados con el consumo de la marihuana en la juventud. El hecho de sentirse más desinhibido o el intento de escapar de situaciones problemáticas son dos factores que suelen incentivar a muchos jóvenes a probar este tipo de sustancias.
En lo que respecta a las drogas y a la adicción que provocan, debemos mostrar nuestro entero apoyo a la persona dependiente, aparte de explicarle los efectos negativos que producen estas sustancias en su organismo. Así, lo mejor será que analicemos cómo la marihuana deteriora el organismo, además de comprometer la salud mental de quienes la consumen.
Efectos de la marihuana en el organismo
Una persona que consume habitualmente marihuana muestra comportamientos que suelen ser fácilmente visibles. Para comenzar, una adicción está acompañada de síntomas muy específicos, como nerviosismo ante la falta de la sustancia, cambios en la conducta, desatención a los hábitos acostumbrados, etc.
Si nos fijamos exclusivamente en las consecuencias que produce la marihuana en el cuerpo a largo plazo, veremos una pérdida en la fuerza muscular, así como una menor habilidad motriz, aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca, pérdida evidente de reflejos, así como una apariencia demacrada y pérdida de peso.
En un consumidor frecuente es normal que percibamos enrojecimiento en los ojos, cansancio atenuado, tos, mayor apetito, pérdida de coordinación, sequedad de boca y, en definitiva, un descuido apreciable de su aspecto e higiene personal.
Pero los efectos de esta droga no se quedan ahí. Sabemos que un drogodependiente tiende a aumentar las dosis a medida que pasa el tiempo. Por otro lado, la marihuana suele conducir al consumo de otras sustancias, como el alcohol e, incluso, esas drogas fuertes que mencionábamos con anterioridad (cocaína, heroína, etc.).
Estudios científicos nos han revelado otros efectos perjudiciales en el organismo tras el consumo habitual de la marihuana. Entre ellos, encontramos una mayor propensión a sufrir cáncer o un sistema inmune más debilitado, lo que conlleva enfermedades pulmonares y de las vías respiratorias, así como otros problemas que afectan a la salud mental.
La salud mental queda comprometida
Hablar de salud mental y drogas implica un panorama muy amplio. Si nos centramos en el área psicológica, podemos comenzar a mencionar efectos secundarios como el estrés y la ansiedad. A estos se sumarían otros síntomas, como insomnio, dificultad en la concentración y la atención o pérdida de la memoria (ya sea temporal o permanente).
Podemos advertir una serie de síntomas que podríamos catalogar como de una mayor importancia. De esta forma, muchos adictos a la marihuana llegan a padecer pérdida cognitiva, especialmente si han iniciado su consumo a temprana edad, cuando aún el cerebro está desarrollándose.
Con respecto a lo anterior, se ha señalado una pérdida del cociente intelectual de hasta 8 puntos. Es importante destacar que, a veces, aunque se deje el consumo, no hay recuperación años después.
Por otra parte, se relacionan ciertos trastornos mentales a los adictos de la marihuana. Algunos de estos trastornos son esquizofrenia, depresión, alteración conductual, bipolaridad, hiperactividad, déficit de atención y alzhéimer.
Sin duda, al comienzo de algunos de estos síntomas o enfermedades la persona puede presentar conductas que afectan a su manera de relacionarse con los demás. Asimismo, tiende a romper los hábitos a los que estaba acostumbrado antes de empezar a consumir esta droga.
Repercusiones en la vida social del adicto
El consumo de marihuana puede llevar a nuestros jóvenes a cambiar radicalmente sus relaciones sociales y, de la misma forma, sus rutinas diarias.
Aunque muchos comienzan por una necesidad de permanecer en un grupo o para conseguir desinhibirse, pueden terminar desarrollando conductas antisociales, a veces motivadas por el temor de sentirse señalados o por el sentimiento de culpa.
En un inicio, veremos que los jóvenes intentan ocultar su adicción y pretenden esconder el olor tan característico de esta sustancia. Un aumento en el uso del incienso, así como conductas menos apegadas a su entorno familiar, nos pueden ofrecer algunos indicios.
Cuando hablamos de un problema mayor, en el que ya advertimos una plena dependencia a la sustancia, es normal observar un comportamiento más agresivo, ansioso y nervioso de la persona.
El peligro de acceder a otras sustancias o a un mayor consumo de drogas se hace inminente a largo plazo. Esto puede llevar al afectado a retraerse más, a cerrarse a sus seres queridos más cercanos y, en definitiva, a aislarse y no hablar con nadie del problema.
En conclusión, la marihuana es una droga que está popularizándose cada vez más entre nuestros jóvenes, y es un problema importante en nuestra sociedad. Advertir sus efectos en la salud, así como en el comportamiento, nos puede ayudar a identificar la adicción y a intentar ponerle remedio. En estos casos, acudir a un centro de adicciones, como el centro de desintoxicación Centro Elphis, garantiza una terapia personalizada y eficaz.