
Los efectos del alcohol en el cerebro han sido testados por diversos estudios. Hoy en día se alerta mediante programas y campañas acerca de ellos. Sin embargo, si bien existe una noción general acerca de lo dañino del consumo de alcohol, las personas no tienen tan claros los inconvenientes que para la mente puede representar esta sustancia química. Con la intención de contribuir a prevenir los problemas que consumir alcohol supone para el cerebro, a continuación, profundizamos en su análisis.
Las causas del alcoholismo
Las causas del alcoholismo tienen que ver, como el propio nombre de esta enfermedad indica, con un consumo de alcohol que no puede considerarse moderado. En cuanto a las posibilidades de desarrollarla, hemos de tener en cuenta factores de tipo biopsicosocial (genéticos, psicológicos o sociales/ambientales).
El consumo inmoderado de alcohol va dando paso, en quienes van a desarrollar la enfermedad, a una mayor tolerancia a la sustancia. De este modo, van a necesitar cada vez beber más cantidad de este líquido y con una mayor rapidez para saciar la adicción que están experimentando.
Se pierde el control sobre cómo se realiza este consumo y empieza a ser compulsivo, continuando con él incluso ante la presencia de eventos desagradables o problemas derivados del mismo. De todas maneras, este comportamiento no se produce en el mismo grado en todos los individuos que consumen alcohol ya que la dependencia a la sustancia no se valora tanto por la cantidad o frecuencia de su consumo, sino por la incapacidad de dejar de hacerlo.
Los síntomas del alcoholismo
En cuanto a los síntomas del alcoholismo, hemos de señalar que podemos notar algunos de ellos a primera vista, puesto que tienen derivaciones físicas visibles. Son, por ejemplo, los ojos vidriosos o una fuerte halitosis asociada a las bebidas que se están tomando. También se perciben alteraciones del equilibrio, que pueden manifestarse en movimientos patosos. En líneas generales, los reflejos y las reacciones se hacen más lentos, bruscos y menos ágiles.
Asimismo, se dan efectos psíquicos que, como en el caso de los físicos, se van desarrollando progresivamente. En este aspecto, tenemos que recordar que todo consumo de alcohol, desde la primera gota, menoscaba la salud. Conforme se incrementa el hábito, aumentan los síntomas de un alcohólico en la mente.
A los problemas ya comentados sobre los síntomas y efectos del alcohol en el cerebro, relacionados con el inicio y desarrollo de la adicción, debemos añadir que las costumbres vitales se van volcando cada vez más a satisfacer los más urgentes y grandes consumos de esta sustancia. Incluso, cuando no se puede acceder a ella, la adicción pasa a la fase de síndrome de abstinencia, que en casos graves lleva aparejada la presencia de náuseas, los sudores temblorosos y las alucinaciones, cuadro denominado Delirium Tremens.
Las diversas enfermedades por el alcohol
Son muy diferentes las enfermedades por el alcohol que se pueden producir. La más relevante, como ya se ha señalado, es el alcoholismo. Por lo que respecta a las dolencias físicas, hay algunas que pueden ser directamente provocadas por el consumo inmoderado de alcohol. Para otras dolencias, la problemática del alcohol va a ocasionar un agravamiento del cuadro de síntomas.
Tomar demasiado alcohol contribuye a deprimir el sistema inmunológico. Por tanto, se van a dar con más facilidad las enfermedades del hígado o las digestivas. Asimismo, se incrementa la tensión sanguínea, lo que puede dar lugar a complicaciones cardíacas. Abusar del alcohol también incrementa las posibilidades de padecer cáncer.
Por lo que respecta las enfermedades neurológicas, no debemos olvidar que tomar alcohol resulta perjudicial para las reacciones químicas que se dan en el cerebro. Nos referimos a las que se asocian a las sinapsis entre las neuronas. Si estas se ven afectadas, las órdenes del cerebro que tienen que generar los movimientos van a tener lugar con una menor agilidad. En las siguientes líneas, repasamos las principales consecuencias a nivel psicológico que puede tener el alcoholismo.
Las lagunas en la memoria
Estos daños se manifiestan en unas áreas específicas de las células nerviosas. Se trata de los axones, que forman ampliaciones en las conexiones del sistema nervioso. Los deterioros más duros se pueden dar en el hipocampo, que es la zona del cerebro en la que se albergan los datos de la memoria.
Las carencias memorísticas se pueden dar a largo plazo e incluso después de haber abandonado el hábito de beber alcohol. Cuando se consumen cantidades excesivas de esta sustancia química en poco tiempo, los lapsos que quedan en el olvido pueden ser más amplios y recientes.
La destrucción de las neuronas, por otro lado, va a venir acompañada de un freno del crecimiento de otras. Estos episodios resultan especialmente peligrosos en los casos de los adolescentes, puesto que sus estructuras mentales aún están en formación.
Los trastornos emocionales
Un consumo exacerbado de alcohol implica una disminución de los niveles de la hormona serotonina. La serotonina es un regulador del estado de ánimo, por lo que podemos identificarla como una especie de hormona de la felicidad. Los estados carenciales de este neurotransmisor pueden hacer que la sintomatología de la depresión o la ansiedad aparezca más fácilmente.
Incremento de la agresividad
Las conexiones neuronales que se localizan en el córtex prefrontal son las que ejercen un importante control respecto a los impulsos. Si las proporciones del alcohol en la sangre ascienden, se produce una inhibición de estos mecanismos. Por consiguiente, una persona que ya tuviera tendencia a las reacciones bruscas las va a experimentar de una forma más radical. En quienes tienen un carácter más calmado, las reacciones pueden ser más imprevisibles. Como has podido comprobar, los efectos del alcohol en el cerebro y en la agresividad, en este caso, de cada persona son diferentes.
Otros problemas relacionados con los efectos del alcohol en el cerebro
También es posible que quienes hacen abuso del alcohol puedan llegar a tener un porcentaje de este en sangre tan alto que hasta pierdan el conocimiento. Los comportamientos paranoicos y psicopáticos, con alteraciones radicales de la conducta y tendencias ansiosas y depresivas, también se pueden manifestar a medio y largo plazo. Por último, la habitual correlación entre el consumo abundante de alcohol y las carencias de tiamina o vitamina B1 puede ocasionar encefalopatías de Wernicke.
Ante los síntomas de un alcohólico, acude a profesionales
El alcohol constituye una potente contribución a la modificación de nuestra estructura cerebral y por tanto a la aparición de alteraciones cognitivas, por lo que conviene moderar su consumo. Las mermas generadas por los efectos del alcohol en el cerebro se pueden notar desde la primera intoxicación etílica y pueden llegar a afectar gravemente a sus funciones a medio plazo. Para más información sobre el problema del alcoholismo te recodamos que te podemos ayudar ya que somos un centro de desintoxicación del alcohol en Madrid. Para cualquier duda o aclaración te recomendamos que contactes con nosotros.