Quienes consumen
cannabis suelen percibirse como personas pacíficas que generalmente tienen una vida agradable. Sin embargo, al contrario de lo que muchos piensan, no es fácil dejar el cannabis, también conocido como marihuana, hierba, “maría” o hachís.
El cannabis tiene un alto potencial adictivo. Su consumo modifica los circuitos neuronales del cerebro de forma similar a otras
sustancias adictivas como la cocaína o el alcohol. El abandono definitivo del consumo es difícil y por ello el adicto necesita
ayuda profesional. Muchos pacientes se engañan pensando que “controlan”, cuando la realidad es que al final, poco o mucho, siguen consumiendo.